No tengo
perdón de Dios.
Llevo
siete largos meses con sus largos días y sus minutitos corriendo por la esfera
de mi reloj desaparecida en combate. Cuerpo a tierra.
Siento
muchísimo la desaparición y la desfachatez de dejar un blog tan bonito como
este abandonado.
Quiero
contaros algo que llevo mucho tiempo queriendo explicar pero sin hallar la
mejor forma de hacerlo.
He
decidido que no quiero filtros en mi blog, únicamente los que me proporcionen
una belleza envidiable, pero nada más. No quiero perder mi esencia y sentir que
lo que escribo es políticamente correcto pero en cuyas líneas no deslumbro mi carácter
o mi personalidad.
Creo que por eso fue que dejé de escribir, porque al
final de tanto corregir lo que había escrito notaba que no reconocía lo que
escribía, que era anodino y que no tenía profundidad, no sé si me explico. Lo que
quiero plasmar en esta entrada, es que posiblemente las próximas vayan a
cambiar a partir de ahora, escribiré tal cual pienso y hablo, y todo será un
poco más locura. Quizá incluso hayan entradas de cosas que no tengan nada que
ver con la literatura pero que quiero reflejar porque son parte de mi vida y
porque me apetece muchísimo compartir.
Decreto
pues un nuevo cambio en el blog, más cercano y más divertido. ¡Ah! Y prometo no
desaparecer tanto. =)
Nunca pierdas tu esencia pequeña, es lo que te hace única e inimitable!!
ResponderEliminarEso espero! Poco a poco iré pillándolo 😍😘❤️
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