martes, 11 de abril de 2017

PALABRAS QUE NUNCA TE DIJE, MARÍA MARTÍNEZ

Existen historias que ilusionan, que se meten dentro de la piel, en las que te pierdes, con las que aceptas vivir para siempre...

 Y yo no me voy a olvidar ni de Jayden ni de Sara, siempre atesoraré con mimo los recuerdos que he vivido en la Provenza Francesa, que la casa huele a flor, a lavanda, a verano y a palabras que nunca se dijeron... Que falta mucho por reformar, y que lo primero en construir de cero será el corazón de dos personas que vivían superficialmente, como si la vida les pasase por delante y ellos se limitasen a respirar.
Dos vidas que se diluyen por inercia en la monotonía y que no encuentran más luz que la del amanecer día tras día, no existe nada en sus vidas que sea emocionante, no hay cambios no hay sorpresas…

Sara tiene veintinueve años y vive en Londres con un marido que no la ve, que la convierte en  inexistente y con un hijo que ocupa todo su tiempo y del que le cuesta separarse.
Sara no es feliz. Sara no sonríe, y su burbuja de tristeza la está consumiendo sin poner resistencia. Es un personaje con aire sumiso que nos provoca frustración cuando leemos según que escenas. Es la típica amiga a la que le diríamos “espabila”.

Jayden es un hombre atormentado por su pasado, ha visto cosas que nadie osa imaginar y hace siete meses llegó a Tullia con un claro objetivo, recuperar su salud física y mental, y para ello necesitará crear vínculos con gente del pueblo para sentirse útil prestándoles su ayuda. Lo que desconoce es que aunque él dice que su estancia será temporal todo cambiará el día que ella aparece en la plaza del pueblo.

Me encanta el paralelismo que enlaza la autora con dos aspectos muy importantes o que en mi caso me han encajado a la perfección, como dos hilos conductores, el estado de ánimo de los protagonistas y los lugares que aparecen en el libro.
 Existen dos escenarios, Londres y la Provenza francesa. Y bajo mi percepción la historia se va desarrollando entre ellos paralelamente, es como si a la vez que los sentimientos cambian, evolucionase también el paisaje y todo lo que les rodea, todo fluye y pasamos de un Londres frío y gris donde Sara no es feliz, a un château donde reinventarse y descubrirse será su única salvación.

Os confieso que adoro los entornos descritos en el libro, me imagino algo similar a la película  “Bajo el sol de la Toscana”. Vais a descubrir un caserón casi abandonado en medio de un jardín precioso, como de fantasía y un clima que ayuda a que el halo de romanticismo se cree sin ningún esfuerzo, como si fuera un paréntesis y todo fuera posible dentro de él.

La historia de los dos protagonistas se construye a fuego lento, sin prisa, son de esas historias que te sacan una sonrisita, que incluso por la prudencia de los personajes piensas, ¡oh dios que pase algo ya! 
Lo que si os digo es que ellos dos irán creando recuerdos preciosos que os dejarán enamoradas y que os pellizcarán un poquito el corazón; no olvidéis que cada uno tiene una vida, y esta no se para por nadie.

 Descubriréis cómo la palabra “nunca” se convertirá en algo maravilloso. Y como dice la autora María Martínez: Somos la suma de las decisiones que tomamos, y nos pasamos la vida esperando a que los demás cambien para poder ser felices, cuando los que debemos cambiar somos nosotros.

Me guardo esta frase, porque soy una gran romanticona, y creo que cuando algo tiene ángel, debe ser reconocido: Porque lo natural de las cosas es eso, ellos dos juntos.





2 comentarios:

  1. Se nota que te ha encantado gorda!!! Es una historia preciosa que te llega muy dentro! María tiene una elegancia expresándose que cuesta de encontrar hoy día!
    Preciosa reseña!!
    Besotes

    ResponderEliminar
  2. Está entre mis futuras lecturas. Bonita reseña.

    ResponderEliminar